Japón siempre ha sido un país que nos resulta agradable a muchos, no sólo por la gran cantidad de diferencias que existe entre su cultura y la nuestra, sino porque los japoneses tiene una forma distinta de ver la vida. Son unas personas muy adoctrinadas, pero siempre sacan tiempo para divertirse como los que más: pasar unas risas con los amigos en un karaoke, salir por la calle disfrazados como si de un personaje manga se tratase, o un sinfín de actividades, de las cuales algunas podrían catalogarse de locuras en nuestra cultura.
El ver a una chica con orejas de gata por las calles de tokio, puede que resulte de lo más común, pero no tanto hasta ahora sería el ver que además esas orejas se mueven acorde al estado de animo de la portadora.
Neurowear , marca nipona reciente, acaba de lanzar lo que vienen a ser unas orejas de gato sujetadas por una diadema, cuya principal característica es la de poder moverse según la actividad desarrollada por el usuario y el estado anímico. Así pues, las orejas con su movimiento simulan a las de una mascota real, mostrando los sentimientos del usuario a quien le rodea.
Neurowear , marca nipona reciente, acaba de lanzar lo que vienen a ser unas orejas de gato sujetadas por una diadema, cuya principal característica es la de poder moverse según la actividad desarrollada por el usuario y el estado anímico. Así pues, las orejas con su movimiento simulan a las de una mascota real, mostrando los sentimientos del usuario a quien le rodea.
Al parecer se trata de un modelo muy básico, que registra 3 estados de animo básicos. Cuando el portador de la diadema está relajado, las orejas se agachan y permanecen inmóviles. Si por el contrario las orejas detectan un alto contenido de ondas cerebrales, fruto de realizar una actividad que requiera prestar una atención especial, las orejas se mantienen en alto. También disponen de una tercera posición, en las que las orejas se mueven en posición media de arriba hacia abajo, y que ocurre cuando el portador está realizando una actividad pero a la vez esté relajado, como pueda ser leer un libro o disfrutar de una comida. Con las variaciones en nuestro cerebro, las orejas pasan de un estado a otro con frecuencia y pasando por estados intermedios.
Aunque la utilidad del artilugio es más bien lúdica y estética, el avance de la tecnología en este campo podría dar fruto a artefactos que hagan de intermediario para aquellas personas que sean incapaz de comunicar sus necesidades.
En fín, un vídeo vale más que mil palabras... ahí va!
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